jueves, 23 de diciembre de 2010

Acontecimiento del año

Aunque sea banal e intrascendente desde el punto de vista histórico, el acontecimiento positivo por el que la mayor parte de los españoles recordaremos el 2010 será por la consecución del primer mundial de fútbol. Bueno, pues del partido de la propia final se puede sacar algún elemento anecdótico pero con referencias históricas, que me permite relacionar ambos eventos para el penúltimo post del año.
Como en cualquier acontecimiento deportivo internacional, sonaros los himnos de los contendientes. Al contrario que el español, el himno de los Países Bajos sí tiene letra. ¿Y qué decía la letra que los jugadores cantaron antes de enfrentarse a España? Pues, al cantar el himno, venían más o menos a jurar fidelidad… ¡¡al Rey de España!! Dicha letra dice así:
Guillermo de Nassau
soy yo, de sangre germánica
a mi patria fiel
permaneceré hasta que muera
Un príncipe de Orange
soy, libre y valeroso
al Rey de España
siempre le he honrado.
Realmente no es tanto así como lo he descrito. El texto fue escrito entre 1568 y 1572, en honor de Guillermo I de Orange, también conocido como Guillermo de Nassau, durante la revuelta holandesa contra los españoles, que por aquel entonces dominaban en Flandes, de modo que se trata más bien de un himno antiespañol.
La letra tiene forma de un himno religioso, y en lugar de ser una llamada a las armas o una exaltación patriótica, es una apología de Guillermo de Orange y de sus obras.
El himno tiene quince estrofas, cuyas primeras letras forman un acróstico con el nombre de Guillermo; pero en las ceremonias oficiales generalmente se interpreta sólo la primera y la sexta estrofas; en los acontecimientos deportivos, normalmente, sólo se interpreta la primera. Así, el himno completo dice lo siguiente:
Guillermo de Nassau
soy yo, de sangre germánica
a mi patria fiel
permaneceré hasta que muera
Un príncipe de Orange
soy, libre y valeroso
al Rey de España
siempre le he honrado.
Mi escudo y mi confianza
sois Vos, Dios mi Señor
en Vos confío y me sostengo
Nunca me abandone
Concededme valor siempre
y siempre a vuestro servicio
derrote la tiranía
que me destroza el corazón
Al menos no deja de ser curioso que, en la final del partido más importante para un país en fútbol, se cante un himno donde, por la selección de las estrofas a cantar en el himno oficial, aparentemente se ensalce al Rey del país rival en ese partido.


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