Werner von Braun, en la NASA (Wikipedia) |
La vocación de von Braun fue más la científica que la bélica, lo que le llevó a tener problemas con la Gestapo y a planear su futuro más allá del final de la guerra. Tanto EEUU como la URSS tenían un plan para capturar a los científicos alemanes y, aunque estuvo cerca de ser capturado por los soviéticos, von Braun prefirió entregarse a las fuerzas estadounidenses. De haber conseguido los soviéticos hacerse con los servicios de von Braun, éste hubiera pasado al equipo de Sergei Korolev, el gran ingeniero-jefe de los proyectos espaciales de la Unión Soviética.
Llevado a los EEUU, a Werner von Braun se le pidió cooperar con el ejército del aire estadounidense a cambio de ignorar su pasado nazi. Basándose en sus proyectos del V2, Werner von Braun fue el padre de los primeros misiles balísticos estadounidenses, de aplicación meramente militar, y también de los primeros cohetes espaciales.
Sello con Sergei Korolev (Wikipedia) |
En el otro lado está Sergei Korolev. Su identidad se mantuvo en secreto hasta el momento de su muerte de manera que los soviéticos (ni el resto del mundo) no conocieron en ningún momento al responsable del programa espacial de la URSS.
Ucraniano de nacimiento (entonces bajo el Imperio Ruso), se trasladó con su familia a Moscú en 1929 donde terminó sus estudios de ingeniería, realizando su diseño de una aeronave bajo los consejos de Andrei Tupolev. En 1930 se interesó por cohetes propulsados con combustible líquido cuyo lanzamiento se realizó en1933. Para 1936 ya era ingeniero jefe del Instituto de Investigación de Propulsión a Reacción pero durante las purgas estalinistas de 1938 fue detenido bajo la acuasión de subversión y haber gastado demasiado dinero. Fue llevado a un gulag en Siberia hasta que se le trasladó a una especie de cárcel para intelectuales donde continuó trabajando para el Ejército Rojo en el diseño de varios aviones. Finalmente fue puesto en libertad en 1944.
Aún sin rehabilitar, Korolev viajó a Alemania para obtener información sobre las bombas volantes V2 y así producir misiles balísticos para la URSS, lo cual se consiguió en 1947 con una réplica de las V2 llamada R1. A éste les sucedieron los R2 y R3, cada uno mejor que el anterior en precisión, alcance y capacidad de carga. Así, se llegó al R7 que sería el primer misil balístico intercontinental (ICBM) de la Unión Soviética, con un alcance de 7.ooo km y con capacidad para 5'4 toneladas, lo que le otorgaba capacidad nuclear. El R7 fue probado con éxito en 1957, año en el que, por fin, Sergei Korolev fue rehabilitado.
A finales de la década de los 50 la pugna aeroespacial de las dos superpotencias tenía una vertiente militar, que era la que tiraba realmente del carro, y otra científico-civil. Y en esta competición eran los soviéticos quienes estaban llevando la ventaja, la cual, fue evidente cuando el 4 de octubre de 1957 la URSS puso en órbita el primer satélite artificial de la historia, el Sputnik 1; en noviembre lanzó el Sputnik 2, con la perra Laika a bordo y, al año sieguiente, el Sputnik 3, lo cual causó verdadera alarma en los EEUU. Por si no fuera suficiente, los soviéticos pusieron su mirada en la Luna lanzando tres sondas desde 1958 (Luna 1, 2 y 3), e incluso en Marte y Venus.
El cambio de década asentó la ventaja soviética con el primer vuelo tripulado al espacio con Yuri Gagarin, la primera mujer con Valentina Tereshkova y el primer paseo espacial de Alexei Leonov, ya en 1965.
Emblema del programa Apolo |
Sin embargo, aunque también Korolev tenía proyectos para el cohete N-1 que llevaría a los soviéticos a la Luna, su duro pasado en el gulag siberiano pasó factura a su salud desde 1960 con un primer infarto. Desde aquel momento tuvo que hacer frente a diversos problemas de salud hasta que, finalmente, murió en 1966. Sus sucesores no consiguieron dar con un diseño de cohete que llevara al primer cosmonauta soviético a la Luna.
El final de la década se acercaba y, aunque el presidente Kennedy había muerto asesinado, la idea de llegar a la Luna antes que nadie continuaba viva consiguiéndose, como todo el mundo ya sabe, el 20 de julio de 1969 con la misión del Apolo XI. Otras cinco misiones Apolo alunizaron con éxito siendo el 7 de diciembre de 1972 la última vez que el hombre pisó el suelo lunar.
Ante lo inhóspito de la Luna, la constatación de la victoria sobre los soviéticos en la carrera hacia la Luna, lo carísimo de todo el proyecto y, años después, el fin de la Guerra Fría, no se ha vuelto a la Luna porque realmente , hasta el día de hoy, no ha habido motivos para volver.
Hace pocos años la BBC realizó una serie donde se contaba desde el principio la carrera espacial, poniéndo el énfasis en la rivalidad entre Werner von Braun y Sergei Korolev. Aquí posteo desde YouTube el primer capítulo con subtítulos en castellano.
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