sábado, 6 de junio de 2009

Alemania, un gran país que renació en 1949

Gracias a un artículo del diario El Mundo en su versión digital, he recordado una efémeride que no puede pasar desapercibida para los europeos. Sobre todo, ahora que se están realizando muchas reflexiones sobre Europa con motivo de las próximas elecciones europeas del 7 de junio.

Berlín en 1945 (fuente: Wikipedia)
Berlín en 1945 (fuente: Wikipedia)



El 23 de mayo de 1949 se promulgó la Ley Fundamental (Constitución) de la República Federal de Alemania. Esto ha tenido muchísima trascendencia para el futuro de Europa y, desde luego, como cualquier texto histórico, requiere una contextualización que, en este caso, es muy rica.

Tras la II Guerra Mundial, Alemania quedó completamente destruida, arrasada en lo social, lo material y lo político. Perdió territorios en el Este (Prusia oriental, parte de Pomerania y Silesia) estableciéndose la nueva frontera con Polonia en la línea Oder-Neisse. Además,  según se acordó en la Conferencia de Potsdam, Alemania quedó dividida en cuatro zonas de ocupación, cada una correspondiente a los aliados más importantes que vencieron la guerra (Francia, Reino Unido, Estados Unidos y la Unión Soviética).

Tras la ocupación se estableció una administración en la que las zonas francesa, británica y estadounidense quedaron unidas entre sí, pero separadas de la parte soviética, por lo que de aquí se inció la historia de la que se convirtió en República Democrática de Alemania, cuyos habitantes pasaron de una dictadura fascista a una comunista. Un habitante de esta zona de Alemania que naciera en 1933, no conoció la democracia hasta tener 57 años. A partir de aquel los caminos de la RFA y la RDA se separaron.

Disión de Alemania tras su ocupación en 1945 (Wikipedia)
Disión de Alemania tras su ocupación en 1945 (Wikipedia)


En la RFA ocurrió el milagro de la recuperación económica que se inició en los años 50. Es en este punto donde hay que situar el incio del proceso de unión europea en el ahora mismo nos encontramos. Un milagro alemán tirado por el carro del dólar estadounidense y por la necesidad de establecer por fin un entorno de paz y seguridad entre naciones que había sido rivales durante los siglos anteriores. Aunque, nuevas alianzas significan también nuevos enemigos y nuevos periodos, esto es: la Guerra Fría.

Ciñiéndome al caso alemán, el milagro de su recuperación ha hecho que se convierta en la locomota de la economía europea, siendo su contribución a la cohesión europea muy superior a la de otros ricos socios (Francia, Reino Unido o Italia). España tendrá que estar eternamente agradecida a Alemania, gracias a la labor del excanciller Helmut Kohl, por su tremenda generosidad en su aportación a la entonces Comunidad Económica Europa de la que se pudo beneficiar durante décadas nuestro país. Se puede estimar que una obra (carretera, edificio, puente, túnel...) financiada en un 80% con fondos europeos, aproximadamente un tercio del total de esa obra proviene de Alemania. Y no ha sido sólo una carretera, un puente, un túnel, unas reformas las que se han hecho en España con dinero europeo, sino muchísimas. Como reconocimiento a su posición tan generosa con Europa, Helmut Kohl fue nombrado ciudadano de honor de Europa en 1998 por el Consejo Europeo, también fue galardonado con el Premio Carlomagno, compartido con el Presidente francés François Mitterrand, en 1988 y, desde España, con el Premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional en 1996.

Por otro lado, para los alemanes el 2009 no es sólo el aniversario significativo de la Constitución de la República Federal de Alemania, sino también, el 20º aniversario de la caída del Muro de Berlín que se produjo el 9 de noviembre de 1989.

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